Tu cara me resulta familiar...

No soy ni guapo ni feo, solamente un tipo normal con una cara normal. Y también visto normal dentro de lo que cabe. Pero algo debe haber en mi imagen personal que últimamente atrae a los cuerpos del orden, por que yo no me lo explico.

Situación: llevo desde los 16 años viajando solo a lo largo y ancho de la península y aledaños. Y como era de esperar, la inmensa mayoría de los viajes han sido y son en tren, Dios sabe el número exacto por que yo hace tiempo que perdí la cuenta. A ojo de buen cubero son cerca de 700 viajes anuales. Es habitual que en el Regional Exprés 8063+16005 que cubre el trayecto Madrid-Gasteiz-Irun una dotación de secretas de la Policía Nacional vaya paseándose por el tren identificando a los viajeros, sobre todo los domingos. Pues llevo toda la santa vida viendo a los mismos fulanos, los 6 de la Brigada de Miranda, y en dos meses me han identificado 2 veces. Vale, ellos hacen su “trabajo”, pero, ¡Por qué cojones me piden la identificación ahora si ellos me han visto crecer! ¡Y dos veces! ¡¡Los mismos!! Será por que quieren hurgar en mi mochila y encontrar algo que yo no tenía, quien sabe.

Anteayer me subí al tren en Tolosa para dirigirme a Donostia y me encontré a una pareja de Madelman de la Benemérita. Hicimos un intercambio de miradas de no más de una milésima de segundo y me fui a la parte delantera del coche. Nada más sentarme ya los tenía al lado pidiéndome “la documentasión”. Ahora bien, ante la pregunta“¿De ande vieneh?” me reservé el contestarle algo del estilo “pues no sé, tú sabrás, que ya me has visto”.

¡Andaré con cuidado, no vaya a ser que esté en busca y captura y yo sin saberlo!

E..esto...¿se me oye bien?

¡Madre mía! He tenido que quitar las telarañas del teclado, hacía tiempo que no dedicaba nada de mi tiempo a escribir en el Blog. Pero desgraciadamente no son horas de escribir, mañana -o mejor dicho en unas horas- servidor tiene que madrugar para levantar la empresa.

¡Un saludo a todos!

Descarrilamiento en vivo

La estación de Zumarraga vuelve a ser protagonista entre los sufridos usuarios de Renfe, pues ayer le tocó el turno de descarrilar a un MegaCombi que transportaba piezas desde Hendaya hasta Valladolid. El último acontecimiento de este tipo se produjo en Junio en la misma estación y casi casi con el mismo tren, con la diferencia de que a este último le agregaron unas cuantas plataformas de Hispanauto.

Un videoaficionado grabó la escena del descarrilamiento desde la ventana de su casa. Aunque no lo parezca, el tren ya venía descarrilado cosa de 500 metros (desde el túnel, como casi siempre). Por si no funciona el embed, link directo a EiTB Blogs.

El colmo de la mala suerte

Desde luego que hay que tener mucha, muchísima mala suerte para que te ocurra lo mismo que a un transeunte al que se le vino el cima el cuerpo de una suicida que se lanzó por la ventana. Ocurrió en Viladecans, provincia de Barcelona.

La noticia en Público

Manipulación informativa

Ayer era el último día de fiestas en la guipuzcoana localidad de villabona y, tal y como estaba planeado, mis amigos y yo nos acercamos por la tarde para tomar unas cervecitas y disfrutar del ambiente festivo.

Para las 20h de ayer estaba prevista una manifestación de apoyo a los presos que fue prohibida por orden de la Audiencia Nacional, motivo por el que Villabona se encontraba repleta de Ertzaintzas. Pasadas las 8 de la tarde y de estar un rato en la plaza del Ayuntamiento, nos movemos hasta una placita cercana en la que hay una barra en la que se sirven bebidas y una banda toca animadas canciones de Ska. La Ertzaintza, al ver que mucha gente se mueve hasta allí, envía cosa de 10 agentes hasta la plaza, los cuales no hacen otra cosa más que observar a la gente. Ni identifican, ni agreden ni nada a nadie.

Tal y como se desprende hoy el diario nacionalista Gara:

Muere de un infarto el concejal de Villabona Remi Ayestaran tras discutir con la Ertzaintza

De todo esto hay una cosa que me toca un tanto las narices y es lo siguiente: "De acuerdo con el relato de los testigos, los ertzainas que se personaron en el lugar "no hicieron más que molestar" e incluso llegaron a forcejear con la gente que se congregó allí". ¡Pues menuda puta mierda de testigos debían de haber allí!

En cuanto los agentes se desplazaron al lugar del suceso, uno de ellos se retiró el casco y el pasamontañas para proceder al habitual RCP, si bien la ambulancia tardó casi 10 minutos en llegar al lugar para atenderlo. No me parece lógico que, siendo este agente uno de los primeros en practicarle la reanimación, digan luego que no hicieron más que molestar. Los que estaban tocando las narices eran los listillos allí presentes que empezaron a calentar a los agentes, que llegaron a identificar a alguno de ellos. Lo del forcejeo, el único que pude ver era el que se produjo después de que un listillo empujase a un agente.

Referente a lo que pasó entre el fallecido y la autoridad lo desconozco, con lo cual no voy a hablar de ello. Y para decir mentiras como en algunos medios, mejor no hablar.

En cualquier caso, descanse en paz. Por que, ante todo, somos personas.

Ya vale

Viajeros Irrespetuosos

Cualquier persona que trabaje de cara al público ya sabe a que se enfrenta: a la falta de respeto de los clientes, viajeros en mi caso. Hay algunos que tienen un serio problema en la azotea.

Algunos parece que, ante una incidencia no prevista, la persona que está en la taquilla dando la cara es el responsable de realizar la programación de transporte alternativo, expedir el tren de socorro y otras actividades que no son responsabilidad mía. No entienden que yo soy un mero portavoz de la información que voy recibiendo y que a veces es muy escasa, por lo que es normal que los viajeros sepan lo mismo que yo: casi nada. Por que me hace mucha gracia que me espeten: "Es que podríais poner autobuses", "sois unos inútiles" y/o otras perlas verbales. Lo primero sería abandonar la forma plural y utilizar el singular. Que a veces mis superiores puedan tomar decisiones inadecuadas vale, pero a mí que no me metan, por que no tengo nada que ver con lo que ellos decidan o dejen de decidir.

Por suerte hay algunos viajeros que me sorprenden por su capacidad de comprensión. El otro día recibí un tren con casi una hora de retraso. En todo momento estuve informando a sus viajeros con la poca información que me iba llegando y les ofrecí el libro de reclamaciones por si querían ejercer sus derechos. A pesar del calor que tuvieron que pasar sentados en los bancos de los andenes, ninguno levantó la voz ni se pasó de la raya conmmigo. Un aplauso para ellos, ojalá todos fueran así.

Lo dicho: antes de hablar en caliente, un poco de cabeza. Nosotros estamos para ayudar a la gente, no para recibir violencia externa.