jueves, 25 de junio de 2009

Murphy y sus leyes

Menudas horas son estas de llegar a casa, más aún cuando hay que madrugar para producir. Poca historia estos Sanjuanes: la farra no dura mucho y por las mañanas hay que estar como una rosa para que la gente no intente colártela con los cambios.

Desde luego que el turno de esta mañana ha sido movidita, parecía que todos los gremios habían programado acercarse hoy a la estación para hacer sus correspondientes menesteres: unos fontaneros, instaladores de equipos de aire acondicionado, mantenimiento de equipos contra incendios, ingenieros de Madrid venidos para comerse el tarro con la instalación de los tornos...

Todo esto colmado con una venta tras otra de Tarjetas Doradas (con el ratillo que lleva hacerlas manualmente) y las dichosas autoventas de Telvent. Pero esto no ha sido nada comparado con lo que hoy le han hecho a un interventor, compañero de trabajo: agredirle físicamente y amenazarle con una navaja. ¿Es necesario llegar hasta tal punto por no llevar billete? ¿Es normal que, encima de no tener billete y negarse a abandonar el tren, tenga que agredir a un empleado? ¿Estamos tontos o que? ¡Si es que encima tiene todas las de perder el muy anormal!

Anteayer lo mismo: otro interventor agredido al que le hicieron una avería en un dedo y ha tenido que ser operado. Y todo esto por los "menores" tutelados por la Diputación Foral de Gipuzkoa, a la que me jode tener que pagar viendo como defiende y mantiene a esta gente con mi dinero. ¿Dónde está el control, los tutores, el programa educador y, lo más importante de todo, la vergüenza? No creo que tengan...

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