lunes, 22 de junio de 2009

Toma de contacto

Ayer ya me limité un poco a la hora de salir por la noche; para poco después de la una de la madrugada ya estaba por casa después de tomar un par de cervezas con los amigos. Al día siguiente había que estar fresco para comenzar el periodo de prácticas en la estación.

A pesar de que la jornada de formación empezaba a las 9 de la mañana, a las 7:30 ya estaba encendiendo el calentador para meterme en la ducha. Un poco más y me quedo sopa en el intento, es dificil no amodorrarse bajo el cálido chorro de agua caliente. ¡Uhmmm!

Salgo a la calle y parece que el mundo empieza a arrancar, tarde pero empieza a arrancar. ¡Cómo se nota que es lunes! Los únicos que realmente dan el callo son los del servicio municipal de limpieza, que se afanan por borrar el resultado de la fiesta que hubo por la noche. A la hora estipulada aparezco por la estación y me presento ante dos de las 6 personas con las que voy a compartir dependencia durante este verano. Pero la tranquilidad dura poco: Al rato una incidencia en la línea que gracias a Dios no queda más que en un susto y el cuelgue de los dos ordenadores de venta de billetes. Por suerte siempre nos queda el mandar a la gente a las autoventas...

Después de todo, la mañana ha transcurrido de manera bastante tranquila, llegando los viajeros en cantidades bastante desiguales, pues pasabas de ver a gente con cuentagotas a tener una marabunta con variados destinos y quehaceres haciendo cola delante de la ventanilla. Ahora bien, ¿Por qué será que todo el mundo viene con billetes de 20€? ¡Que no somos el Banco de España!

Mañana por la mañana toca el reconocimiento médico en Bilbao. Espero que la probeta con la muestra de orina aguante el viaje hasta allí, por que la idea de que la bandolera se me llene de meada no me hace mucha gracia, la verdad.

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